Prácticas poco éticas en la contratación de diseño de páginas web

¿Qué pasa cuando te crees propietario de tu dominio y de tu página web pero realmente no lo eres?. Lo primero, solucionarlo cuanto antes.

Prácticas no éticas en la contratación de servicios web. Titularidad del hosting y dominios

En uno de nuestro artículos (Seleccionar proveedor de servicios web: guía para nadar en un mar de dudas») ya nos referíamos a la dificultad que entraña elegir un proveedor de servicios web de entre toda la oferta de empresas que manifiestan ser ‘los mejores’ en este tipo de servicios.

Entre todos los consejos que allí reflejábamos, hoy queremos incidir en uno en especial. Y queremos incidir porque algunos de nuestros últimos proyectos (y lo decimos en plural) se han visto muy afectados por este tema en concreto.

Asegúrate de que la propiedad de la página web, dominios y redes sociales, están a tu nombre desde el primer momento. Muchos proveedores, aún siendo meros intermediarios, figuran como propietarios y, claro, si llega el momento de ‘partir las peras’, para el traspaso de la titularidad todos son inconvenientes, problemas y costes adicionales.

 

Pero ¿esto qué significa?

Pues bien. Para explicarlo, mejor vamos con un caso real del que, evidentemente, evitaremos referencias nominales….

Nuestro cliente se pone en contacto con nosotros porque desea actualizar de manera integral su web, digamos www.mi-web.es.

Quiere un cambio radical en el diseño, que sea más moderno, más actual, en definitiva, más acorde a las tendencias actuales de diseño y usabilidad, que esté realmente adaptado a móviles (no que se vea la web pequeñita, pequeñita en el móvil), que contemple un posicionamiento natural efectivo y, sobretodo, que cada cambio (ya sea funcional o estético) no implique un gran desembolso (en el mejor de los casos) o empezar un nuevo proyecto desde cero (en el peor).

Además, nuestro cliente nos pide asesoramiento en lo relativo al hosting ya que considera que el importe de lo que está pagando por el alojamiento y otros servicios (no muy concretos, por cierto) es demasiado alto con respecto a otras ofertas que ha visto en Internet.

 

Pues bien, nos ponemos manos a la obra

Lo primero, como siempre, recopilar datos para recuperar toda la información de la página actual que, tras un análisis, filtrado, rediseño y reescritura pueda servir de base para la nueva página web. Es decir, recabar los datos del hosting, del dominio, del acceso a la zona de administración (backoffice) de la página web, etc.

En un primer análisis de www.mi-web.es, vemos que está alojada en un hoster, digamos, de los habituales, pero que tanto el contrato de hosting como del dominio están a nombre de la empresa proveedora, no del cliente. Primer reto.

Solicitamos a nuestro cliente que hable con su empresa proveedora para que le proporcione, al menos, un acceso para poder recuperar los datos actuales. La respuesta: no es posible. Y además, les informan muy amablemente de que si cancelan el contrato ¡pierden su página web y todo su contenido!. Segundo reto y primera práctica no ética (el cliente ha pagado su página, un montón de mensualidades,….. pero no si cancela el contrato, se queda sin ella…)

Vale. Por recuperar la información, da igual. Nos apañamos. Con bastante trabajo y varias triquiñuelas de esas que sólo sabe quién está muy metido en el tema, conseguimos recuperar todos los contenidos, fotos, videos, comentarios, etc. de www.mi-web.es.
Analizando el ‘posicionamiento’ que tenía la web, comprobamos que todo se basaba en la contratación ‘fantasma’ de dominios que favorecieran el posicionamiento. Es decir, el proveedor contrataba dominios con palabras clave significativas para el negocio de nuestro cliente del tipo : www.mejores-zapatos-mi-web.es cuyo coste (que lo tiene) englobaba dentro de un concepto general de ‘optimización del posicionamiento’… Toma ya!!

Total, que la planificación del proyecto se ve retrasada significativamente. Y tanto nosotros como nuestro cliente, tenemos que ajustarnos para que los costes no se disparen a la par que el tiempo….

Entre unas cosas y otras, nuestro cliente está que trina con respecto a la anterior empresa proveedora… pero no queda ahí la cosa…

Al fin, conseguimos tener la nueva web rediseñada y totalmente operativa en el espacio de desarrollo de Azaelia. Y contratamos, a nombre del cliente, un nuevo alojamiento en otro hoster más eficiente y más económico. Migramos la web sin problemas. Bien. Ya estamos preparados para solicitar la transferencia del dominio.
Pero es que resulta que el dominio no está a nombre de nuestro cliente, sino del proveedor anterior. Tercer reto y segunda práctica no ética.

La transferencia de un dominio requiere que el titular del dominio apruebe dicha transferencia… y, claro, desde la empresa proveedora anterior, todo son largas…. (tercera práctica no ética)
Y aquí comienza, un interminable peregrinaje de correos de ida y vuelta, cancelación de facturas, amenazas…. (cuarta, quinta, sexta… prácticas no éticas)

 

El proyecto finaliza y se publica con éxito, que es lo importante

Y nuestro cliente tiene una página web que sabe que es suya. Dispone de todas las claves de acceso, el contrato del hosting está a su nombre, sin cargos por intermediarios. El dominio está su nombre.

 

Si crees que este caso puede ser el tuyo, no dudes en ponerte en contacto con nosotros» para tu nueva página web. Te asesoramos sin ningún compromiso. Y si así lo deseas, gestionamos los nuevos contratos en tu nombre y a tu nombre. Para que tu página web sea tuya de principio a fin.

 

Páginas web: prácticas poco éticas en la contratación de servicios de diseño web